
un par de copitas de champagne, otro tanto de vinito y dos cenas riquísimas que hicieron que cambiara de talla de cinturón una vez más. Ahora empieza el 2007, que será el año del cerdo ¡Cómo le atinan los chinos para saber justo mi aspecto después de los atascones decembrinos!
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home